Sálvame tú que puedes.

Hace escasos días estaba tapando mis errores con el carmín más rojo que podía encontrar.
Y ahora.
Bueno, ahora solo sé que sus dedos rozando mis rojos labios es  la medicina exacta que puede oxidar este cuerpo que no hace más que intentar sobrevivir.
No sé si serás mi hogar, pero cuando abro mis ojos y veo que no hay sitio donde joderme me haga mas feliz que aquí.
En ti.
En mi hogar. Contra tu pecho.


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