Es fácil atormentarse por las desgracias que trae consigo la vida, es sencillo llorar y más tarde sacudir las lágrimas impregnadas de orgullo y mal intención.
La vida es completamente llevadera si la dedicas a ver las desgracias de los demás como triunfos tuyos...
Por eso hoy propongo un brindis, que cada uno en su casa coja una copa de champán del caro y brinde por esas personas que siguen y seguirán sonriendo en cualquier momento de su existencia, ante la adversidad, ante cualquier problema.
Antes, cada vez que entraba al blog derramaba una lágrima al tener que poner su nombre en la contraseña, hubiera sido fácil cambiarla y así dejar de sentir esa sensación estúpida al entrar, pero a mi no me gusta el camino fácil, yo quería superar ese miedo tan ridículo a no poder ni siquiera pronunciar su nombre.
Es sencillo decir me muero de ganas de verte, me muero de ganas de decirte te quiero, pero ya no.
Vivimos maldiciendo todo lo que no deseamos, dormimos para que se cumplan nuestros sueños y rezamos para poder ver un milagro.
Yo aprendí a disfrutar de mis errores, a reírme de mis sueños y deje de rezar por un milagro, porque me dí cuenta de que dicho milagro era todo lo que tenía a mi alrededor, ver crecer a mi familia, sentir la amistad como un pilar importante en mi vida, amar como nadie nunca había amado, disfrutar de la pasión que pueda provocar cada travesura en cualquier punto del país, y escribir...
Escribo mis ideas, mis sueños, mis pasiones, mis tormentos, mis historias, todo esto con ayuda de mi imaginación.
El bolg me ayudó a empezar, y me ayuda a seguir adelante, a desfogarme con esas cosas que quizá no me atreva a decir a la cara...
Y aquí acaba me reflexión diaria con esta maravillosa frase: " Pasé demasiados años regalando mis días a alguien que terminó sumiendomé en la más miserable de las noches..."

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